martes, 22 de enero de 2013

Las Culturas Occidental y Oriental

Segunda clase de exposiciones

Las culturas occidental y oriental tienen un amplio margen de diferenciación con innumerables características que podemos definir como opuestas. Rasgos como la individualidad de los occidentales frente a la colectividad de los orientales.
Como he aprendido durante la exposición, los niños japoneses son educados como personas con un alto concepto de la moralidad y del deber social.  Han sido educadas para mostrarse ante el otro de una manera enmascarada y no debiendo mostrar bajo ningún caso o situación lo que sienten en cada momento, las emociones o las actitudes frente a cada tema y aspecto de la vida no pudiendo dar su opinión ni en temas políticos, religiosos, económicos, etc. Sin embargo, a mi parecer, esto impide no solo el desarrollo social sino también el desarrollo de la razón, porque el descubrimiento de las verdades tiene lugar durante la interacción de las opiniones, pensamientos e ideas de los individuos.
La vida en comunidad es esencial, poseen una convivencia en sociedad basada en las relaciones con los otros y no sólo en una vida familiar sino a un nivel más amplio de vecindad.
Los japoneses siempre deben mirar por el bienestar del grupo frente a los occidentales quienes han sido educados para mostrar siempre sus opiniones como una característica fundamental a la hora de considerarse personas libres.
Las personas con una cultura occidental son seres individuales cuya cultura arraiga en sus mentes un concepto de libertad que se antepone ante cualquier cosa. Esa idea de que los hombres han nacido libres, iguales e independientes no es una idea muy antigua en el territorio español. Durante la época de franco, las personas no podían mostrar sus ideologías por miedo a ser acusados de "rojos", además fueron educadas para no decir nunca sus opiniones y mostrar siempre la mejor cara ante los demás. Claro que este estilo de vida hace cincuenta años que quedó atrás gracias al fin de la dictadura y de la globalización inculcando en nuestras conciencias una cultura individualista en el que las personas deben ser independientes económicamente de sus padres y de cualquier relación de pareja. Esa globalización, que está destruyendo a semejanza de su conciencia occidental toda cultura que se acerca a husmear.

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