Las culturas occidental y
oriental tienen un amplio margen de diferenciación con innumerables
características que podemos definir como opuestas. Rasgos como la
individualidad de los occidentales frente a la colectividad de los orientales.
Como he aprendido durante la
exposición, los niños japoneses son educados como personas con un alto concepto
de la moralidad y del deber social. Han
sido educadas para mostrarse ante el otro de una manera enmascarada y no
debiendo mostrar bajo ningún caso o situación lo que sienten en cada momento, las
emociones o las actitudes frente a cada tema y aspecto de la vida no pudiendo
dar su opinión ni en temas políticos, religiosos, económicos, etc. Sin embargo,
a mi parecer, esto impide no solo el desarrollo social sino también el
desarrollo de la razón, porque el descubrimiento de las verdades tiene lugar
durante la interacción de las opiniones, pensamientos e ideas de los
individuos.
La vida en comunidad es esencial,
poseen una convivencia en sociedad basada en las relaciones con los otros y no
sólo en una vida familiar sino a un nivel más amplio de vecindad.
Los japoneses siempre deben mirar
por el bienestar del grupo frente a los occidentales quienes han sido educados
para mostrar siempre sus opiniones como una característica fundamental a la
hora de considerarse personas libres.
Las personas con una cultura
occidental son seres individuales cuya cultura arraiga en sus mentes un
concepto de libertad que se antepone ante cualquier cosa. Esa idea de que los
hombres han nacido libres, iguales e independientes no es una idea muy antigua
en el territorio español. Durante la época de franco, las personas no podían
mostrar sus ideologías por miedo a ser acusados de "rojos", además
fueron educadas para no decir nunca sus opiniones y mostrar siempre la mejor
cara ante los demás. Claro que este estilo de vida hace cincuenta años que
quedó atrás gracias al fin de la dictadura y de la globalización inculcando en
nuestras conciencias una cultura individualista en el que las personas deben ser
independientes económicamente de sus padres y de cualquier relación de pareja.
Esa globalización, que está destruyendo a semejanza de su conciencia occidental
toda cultura que se acerca a husmear.
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