jueves, 25 de abril de 2013

Superficie


La suave brisa de la mañana acaricia tu pelo, palpa tus labios y los deja mojados de superficialidad. Tus ojos brillan, y son culpables de los destellos que dañan la conducta material de la moralidad. Tus dulces pies son aquellos que recorren una eterna deriva a la nada. En cuanto a tus delicadas manos, salen ásperas allá donde caminas. De tus entrañas sangran especímenes perfectos cuya hueca esencia raja vidas desesperadas. Ahogadas en su vientre, quedan para la sepultura, bellos y caros cuerpos que un día fueron amantes de la buena vida.

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