martes, 5 de febrero de 2013

Añoranza



Un mar verde veía desde mi ventana, el ocaso reflejaba sus débiles rayos hasta que se ocultaba por completo. De eso ya hace años.
La sensación de vivir en el campo admirándolo cada mañana me hacía creer respirar aire libre y sin la suciedad que trasmite la ciudad. Esa suciedad contaminante.
Un día colocaron un cartel de una constructora, las destructoras y sustituas de vidas nobles por vidas deshonestas.
A partir de ahí no imaginaba lo que echaría de menos los rayos del sol calentando mi hogar desde el oeste. En esa dirección se encontraba mi tranquilidad.
Mes tras mes los trabajadores apilando ladrillos se apoderaban de mis ojos y mi luz. Mi consciencia entonces, creía estar pudriéndose.

Viñeta de: El Roto

No hay comentarios:

Publicar un comentario